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viernes, 24 de abril de 2015

Crónica Maratón Coruña42

Seguimos sumando.

Si, seguimos la suma, que no es poco. Este año me tocaba intentar completar la cuarta maratón C42. En mi caso, arriesgo todo a una carta, porque es la única prueba que preparo al máximo de mis posibilidades. Como objetivo, y al igual que en años anteriores, estaba mejorar la marca de la pasada C42, pero con un año más encima. Me puse una meta muy optimista de 3h15’ ,con eso en la cabeza y desde Enero, mis entrenos siguieron las directrices que Fernando nos marcaba en los correos semanales. En la mayor parte de las ocasiones, en solitario, y cuando mi estado de ánimo bajaba, buscaba la compañía de los compañeros del CAS en las tiradas largas dominicales. La última prueba fue el 2X6000, no me salió como esperaba y las dudas planeaban en mi cabeza, pero el mejorar cada año lo del anterior indudablemente tendrá un fin.

Salimos temprano de casa para buscar un lugar cercano para aparcar y dejar la ropa en el guardarropa, y allí ya nos encontramos con Alberto, Paco, Montse, Fernando y Bea. Caminamos por la calle Real en dirección a la salida y se nos sumó Chinchilla a la comitiva. Foto en grupo en la salida de todo el CAS, los del 10K , los de maratón y alguno más que siempre aparece :-) 

Hago un breve calentamiento y me cruzo con Rafa, un amigo veterano que me aconseja unirme al grupo de 3h15. Insiste un poco y dado que no tenía clara esta circunstancia, decido hacerle caso y  ya en la posición de salida en los cajones busco el globo de 3h15.

Salida. Mis primeros metros son para soltar los nervios tratar de ajustar el ritmo al del grupo y no tropezar con los conos, peligrosos siempre que vas en un grupo, como podría comprobar más adelante al ver caer a  un compañero al lado mío. 
El ir tras una liebre te descarga un poco del rutinario gesto de mirar el reloj y adecuar el ritmo, yo después de los 10 primeros km vi que las liebres que nos llevaban eran de fiar y con experiencia, había pequeños tirones pero clavaban los pasos por 10, media etc. Un 10 para ellos.

Un 10 para las liebres como digo, y un 20 para la gente del CAS, familiares, amigos, conocidos o corredores que habían finalizado el 10K. Niños y adultos, en bici o a pie, estaban en todos lados!!
Compañeros que también corrían y en los cruces nos veíamos y nos saludábamos una y otra vez, siempre con un gesto o una palabra de apoyo. Genial. Este apoyo en mi caso fue definitivo ya que en el km 37 se me presentó delante el famoso muro. Por suerte llevaba una ligera ventaja en tiempo sobre mi ritmo objetivo de 3h15, en el 37 iba a ritmo de acabar en 3h12. Eso salvó mi resultado final ya que empecé a perder tiempo y abandoné el grupo de 3h15. Los últimos 5 km ya con gente animando, se hacen menos duros, me costó superarlos, pero insisto que con el apoyo y sabiendo que en la meta me esperaba mi hijo, sobrellevé esta situación y salí bien parado. Es la anécdota para contar esta semana a quien me pregunte.

Por último decir que me encantó el tramo de la calle Real y Riego de Agua lleno de gente. Que emoción finalizar así una carrera tan dura.

Un saludo.


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