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miércoles, 2 de julio de 2014

Crónicas Fin de Semana. Dos en una

Como estoy en fase de descanso relativo, (activo le llaman los enterados), este fin de semana participé en dos carreras.
En principio parece un contrasentido, pero luego vereis que hubo más descanso que activo.
El sábado 28 de junio se celebró en Vilalba, organizado por Orgullo Calvo,  la 2ª Carrera Internacional de Calvos. Coincidía con la semana del orgullo gay, aunque creo que el orgullo era la única coincidencia, (aunque ahora que lo pienso, éramos todos hombres). 4.200 metros por las calles de la villa.  El número de participantes fué muy escaso, anotándose tan sólo 24 corredores, uno de los cuales era yo. Atribuyo la cortedad a la muy mala política de difusión, como ya pasó en la carrera das letras galegas celebrada en el mismo municipio. Aunque es posible que influyese otro motivo : Como sabeis la causa más frecuente de alopecia masculina es la androgénica. La calvicie es pues una carta de presentación de garantía de virilidad. (Si con la virilidad se hacen gloriosas coyundas o lamentables chapuzas es cuestión en la que no entraremos). Uno de los requisitos eran un mínimo de 17 cm. Llegado a este punto, muchos ya no leyeron más.  Se preguntaron quien y donde lo comprobaría. Se imaginaron el público repudio y la no menos pública vergüenza al ser rechazado. Pero el tamaño exigido no se refería a lo único, como muchos pensaron, sino al de la calvicie. Se exigían 17 cm desde las cejas a la calva, al objeto de desechar alopecias menores, calvas incompletas y fraudes. Se trataba de encontrar calvos  rotundos, esféricos, calvas deslumbrantes, exportables y homologables, no machotes. No cayeron en la cuenta de que de referirse a lo otro, dificilmente se hubiese podido celebrar la carrera. En fin que podría resultar que no se apuntasen por temor a no dar la talla. Los premios consistían en dos sandías, una docena de huevos y una bombilla, respectivamente para el primer, segundo y tercer clasificados.
A las siete de la tarde relucían bajo el sol, como metales bruñidos, 24 calvas espléndidas, 24 farolas. Pocas veces se vió tan luminosa la villa. Pero al darse la salida, se acabó la coña y arrancaron como lebreles desaforados calvos . Parecía que en la meta les fuesen a regalar  pelucas. Yo, que iba de coña a hacer un trote cochinero a 6 por minuto, me vi inmediatamente en el pelotón de los torpes y al poco tiempo de último. No me importaba, pero me dije, eso no. No me quedo de último sin presentar batalla. Aceleré dejé a 4 o 5 atrás y mantuve el ritmo. Por delante corría uno en chandal y con estilo desmadejado. En la cuesta de regreso, lo tenía a tiro y aceleré para pasarlo. Sentí naúseas. Comprobé que las judías con chorizo, regadas con mencía del Bierzo, carnoso y rotundo, no es el plato idóneo para competir. Ni aún suavizadas, con una copa de ginebra Gin Mare, mediterránea, con aroma a tomillo y retama y regusto a aceituna. ¡Déjalo ir!. ¡No está maduro!. En la cuesta final me volvieron las naúseas, así que entre en meta al paso. A 5,07 el kilómetro, que en 4 km es francamente flojo, pero yo aún lo esperaba más tranquilo. El único trofeo al que competía, el de participante de mayor edad, me fué arrebatado injustamente por un atleta local y total porque había nacido un par de años antes. Reseñar el premio al más sexy, un corredor barbado por toda pilosidad, que participó en tanga de colores republicanos. De lo más divertido y transgresor.
Carrera divertida y entrañable, sin pegas que ponerle, que merecía mayor participación y relevancia. Habrá que plantearse  por qué no funcionó y corregirlo.
El domingo, la bajada de San Pedro de Visma, era otro asunto. Cuarta carrera del Circuito Coruña Corre, convocó a unos 600 adultos y 150 jóvenes y jóvenas. La carrera de sobra conocida ha sido denominada bajada por un bromista. La distancia oficial eran 6.490 metros, aunque a mi me salieron 6489. Se sube en asfalto, una dura y larga cuesta desde S. Pedro hasta el parque de Bens, mas o menos asfixiado se entra en el parque que se recorre por caminos de tierra compacta,con continuos toboganes y zigzagueos , con algunos repechos serios, para finalmente, si, al fin bajar hasta s. Pedro por la misma carretera por la que se subió. Es cierto que al ser un trazado circular mal puede ser un descenso, (salvo en los grabados de Escher : ver escaleras arriba y escaleras abajo), pero el nombre, sin ser falso, despista. Salimos a las 10:30. Me encontré fresco y arranqué brioso para mi nivel. Conocía la dura subida, pero la recordaba mal y me resultó mas larga de lo que la memoria decía. Me pasaron a centenares. Recorrí Bens, en donde me continuaron adelantando y finalmente despendolado cuesta abajo,  me siguieron adelantando. ¡Anda y así os estrelleis!, maldije sin resultado alguno. A 5´30´´ el kilómetro, debiera haberme resultado suave, pero me resultó mucho mas dura que la del día anterior. Menos mal que el tiempo no era muy caluroso, estaba cubierto y aún "orballó" un poco. Con clima menos favorable me hubiese resultado un suplicio.
El CAS compitió con 27 participantes en adultos, 15 hombres y 12 mujeres y 10 en jóvenes. Chinchilla y Abuin hicieron respectivamente 12 y 15 de la general, Karina, Inés y María Luisa fueron podium en sus categorías y Susana primera en Benjamín, Zeltia segunda en Alevín y Mario y Alba terceros en Alevín e Infantil respectivamente.

Un buen día. El ambiente era tan bueno y distendido que hasta conseguimos hacer una foto final. ¡Mejoramos a ojos vista!.

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