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miércoles, 30 de abril de 2014

Crónica 4 Maratón Coruña42-10.000



El Club Atletismo Sada, además de excelentes atletas, cuenta en sus filas con excelentes reporteros y cronistas que nos hacen pasar los días posteriores a las carreras con una sonrisa en la boca y con ganas de ir a correr al fin de semana siguiente.
Doble mérito este, que complica mi primera crónica pero ahí va de todos modos.

            Mi día de maratón empezó a las 6 de la mañana después de una noche pendiente del despertador y mirando cada media hora a ver si sonaba o no. Desayuno con calma y repasando mi plan, porque tenía uno, que básicamente consistía en  tratar de hacer las dos primeras vueltas en 1h05' y la tercera en función de mi estado. Con calma desayuné y a las 7 desperté a mi hijo que estaba tan ilusionado en verme correr como yo en que me acompañara. Juntos salimos de casa para aparcar cerca de la salida y no fallar a la foto del equipo. Mi primera foto en equipo con el CAS. Allí en Puerta Real risas nerviosas, ánimos de unos a otros, muestras de material de alta tecnología de zapatillas y otras cosas. Foto de todos en el arco de meta y rumbo al cajón de salida. Fui en solitario porque mi ritual en las carreras me dice que así me va mejor, pero una vez en medio de la gente apareció Inés. Había dicho los días anteriores que de encontrarse bien estaría en la salida, y yo sabía que si estaba en la salida estaría en la meta. Era su primera maratón, había entrenado muy duro para ello, yo la veo en el Inef y doy fé de que estaba sobradamente preparada, pero una inoportuna lesión la dejó tocada físicamente. Salida con calma dejando a las liebres que se 'desfogaran' y hasta después de la Casa del Mar no empecé a mirar el reloj del ritmo. La primera vuelta y la segunda por mi experiencia anterior, se hacen entretenidas, llevas gente alrededor, incluso se habla, hay saludos en los múltiples cruces al ir y venir y ver caras conocidas, buscas a la gente del Cas, y otros amigos, vaya que se hace una carrera amena, la tercera vuelta es otro cantar, ahí entras en terreno de maratón.

            Cumplí mi plan de 1h5' por vuelta en las dos primeras y eso me subió mucho la moral, eso y el impagable apoyo de los conocidos del Cas y de mucha otra gente que te apoya, anónimos y otros que, por llevar la camiseta del Cas, te animan, esto era nuevo para mi. Busqué a Inés que sabía que andaba justa y la vi con su hermana, traté de animarla con algún grito, que te sirven de autoayuda y para pensar en otra cosa que no sea lo que tu vas sufriendo. Alberto con su cámara y de liebre, siempre me saludaba en los cruces, buena labor la que hizo. Pasandín, Chinchilla y otros que no conozco, siempre saludaban, espíritu de equipo que no se ve en otros clubs. Además estaba mi hijo, que era como tomar un gel cada vez que lo encontraba. Por cierto, tenía un plan de alimentación, llevaba 4 geles que tomaría cada 10 Km salvo el último que tomaría en el avituallamiento que había al bajar de la torre. Tomaba los geles justo antes de los puntos de avituallamiento líquido para luego beber, siempre beber algo en cada punto, fundamental a pesar de no hacer calor.

Todo iba según lo planeado, hasta que en el paso bajo el arco de la media maratón, en la tercera vuelta, el gemelo de la pierna derecha quiso subírseme al hombro, hacía un rato que un corredor había abandonado, en la zona del mileniun entre gritos que daban grima y pena, y ahora mi gemelo me daba un pinchazo de mucho cuidado, mantuve la calma e hice un km a un ritmo mucho más bajo, pero era un handicap grande. Solo el ver que estaba pasando a otros corredores me hizo ver que, aun tocado, no debía de ir tan mal, así que, empezaba la 'zona sufrimiento'. Esta zona del paseo y ya hasta la meta me tocó hacerla solo, fueron 8 km realmente duros, el viento fue en aumento durante la prueba y el giro en la torre hacia abajo y hasta llegar a la plaza de Pontevedra daba de cara. Pero ya se olía la meta. Entrenar como lo hicimos todos este invierno de récord de lluvias, series, frío, sacrificios personales etc.. de algo sirven, con dolor en la pierna, no bajé el ritmo, e hice todo el tramo de La Marina, con una media sonrisa. Antes de Puerta Real, Karina con una pancarta de ánimo, hizo que la sonrisa ya fuese completa. En mi tercera maratón es la primera vez que entro en ese túnel maravilloso que se forma en Puerta Real y hasta el arco de meta sonriendo, saludando a la gente y disfrutando del momento. Otros años entré con lágrimas de dolor y sufrimiento. Busqúe a mi hijo y nos dimos un abrazo enorme, aquí si que no pude evitar las lágrimas.

Conseguí mejorar mi tiempo anterior y la última vuelta me salió en 1h08' pero eso ya era lo de menos en ese momento. Lo de los tiempos, cuando los cumples, es para autocomplacencia los días posteriores mientras sufres los excesos que suponen acabar una maratón.

Jesús l

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